Si algo bueno podemos extraer de esta crisis sanitaria a causa del COVID-19 es la generosidad de muchas personas dispuestas a contribuir a hacer frente a la situación tan dura que estamos atravesando, bien confeccionando mascarillas desde un taller improvisado en su salón, realizando la compra a los vecinos más vulnerables o regalando vivencias y relatos bonitos a aquellos que están aislados.
Es el caso de los más de 1.500 voluntarios de doce empresas que ya forman parte de la iniciativa ‘Cartas contra la Soledad’ que pusimos en marcha al inicio de estas crisis junto con la Fundación FDI para paliar la soledad de las personas mayores o con discapacidad que se encuentran aisladas en residencias.
Son voluntarios corporativos de empresas como CaixaBank, Iberdrola, Fundación Telefónica, Fundación Repsol, Prosegur, Enagás, Pernod Ricard Winemakers, Urbaser, Allianz, Werfen, Campofrío o SAP.
Estos empleados transmiten a los residentes su cariño por correspondencia creando, en muchas ocasiones, nuevas amistades. Sus palabras manuscritas en forma de anécdotas, cuentos o historias, pero también fotografías o dibujos escaneados y enviados a las residencias despiertan sonrisas y levantan el ánimo. Acciones para hacer un poco más llevadero este momento de distanciamiento social en el que no es posible recibir visitas ni realizar actividades que requieran establecer contacto físico.
La emoción también es experimentada por los voluntarios cuando reciben las respuestas de los residentes. Lo sorpresa y la alegría generada por esta correspondencia espontánea es mutua. Después de leer líneas llenas de recuerdos es momento de coger el bolígrafo y volver a escribir.
