Cada vez son más las empresas que promueven el voluntariado corporativo y entre las múltiples acciones, proyectos e intervenciones sociales que llevan a cabo destaca una metodología concreta que ha demostrado tener un alto impacto en cuanto a la participación de voluntarios. Hablamos de los conocidos como “retos solidarios”.
Desde Voluntariado y Estrategia hemos apostado por esta metodología y ya son muchas organizaciones, como Fundación Telefónica, Fundación “la Caixa” o Fundación Repsol, las que han comprobado que este tipo de proyecto, en el que se “reta” a un equipo de empleados a conseguir una serie de objetivos en un tiempo determinado, en favor de una entidad y causa social, funciona.
Es el caso del reto “Ande con Arte”, llevado a cabo por la Dirección de Compras de Telefónica España en el 2020 junto con la Fundación Ande. El reto consistió en preparar una exposición virtual con obras de artistas con discapacidad intelectual. La exhibición recibió más de 1.800 visitas virtuales, casi cinco veces más del objetivo propuesto (400).
Todo el proceso de creación, selección de las obras y difusión en redes sociales, entre otras actividades, lo llevó a cabo el equipo de voluntarios y artistas, fomentando el trabajo colaborativo, la cohesión, el altruismo y la capacidad de liderazgo de los voluntarios “líderes” del reto. Debido al éxito que tuvo el reto, se ha decidido dar continuidad a la actividad este año.
Empleados más satisfechos y comprometidos
Las cifras de participación hablan por sí solas y el apoyo hacia las entidades sociales colaboradoras es innegable. Además, cabe destacar que el beneficio, la satisfacción y el orgullo de pertenencia que este tipo de acciones genera para el propio voluntario también son altos.
Darle al empleado la oportunidad de colaborar con una entidad social, junto a su propio equipo de trabajo y con una serie de objetivos comunes, promueve el conocido como teambuilding que tantos beneficios aporta tanto a la empresa como al grupo concreto de empleados.
Mayor proactividad y adaptación
Es importante resaltar, además, que son los propios departamentos o áreas de trabajo de estas organizaciones quienes han comenzado a demandar a los gestores del programa de voluntarios actuaciones de este tipo para su equipo, en lugar de ser los responsables de voluntariado los que empujan para lograr aumentar la participación.
La proactividad e implicación que supone este tipo de acción social se extrapola indudablemente al ámbito laboral, ya que estos voluntarios presentan una mayor proactividad, flexibilidad y adaptación a nuevas situaciones. El trabajo en equipo también mejora después de realizar la acción social. Todos estos beneficios aumentan en función del número de horas de voluntariado. En concreto, se demuestra que, a partir de 20 horas de voluntariado, estos aspectos mejoran. Además, cabe destacar que aquellos voluntarios que realizan actividades relacionadas con su profesión son más proactivos.
Todo ello es interesante a la hora de diseñar retos solidarios, ya que son proyectos con una duración e implicación media-alta por parte del voluntario y, en ocasiones, requieren de los conocimientos y experiencia profesional del empleado.
En definitiva, se observa que el voluntariado corporativo en general presenta grandes beneficios en el empleado y estos pueden ser aún mayores cuando el voluntario colabora específicamente con su equipo de trabajo, durante un tiempo que podría considerarse prolongado y con un compromiso notable.